Nadie nunca me había besado así, le dijo entre besos. Tienes los labios más ricos del mundo, son perfectos para mí, le dijo entre besos. Dime cuántos quieres y te los doy, le dijo entre besos. Entre labios y saliva, cariño y pasión, calor y oscuridad. Le dijo muchas cosas. Que no quería probar otros labios, que la quería mucho y de verdad, que nunca le faltaría el respeto y que solo ella llenaba sus sueños. No quiero hacer nada, le dijo entre besos, quiero quedarme aquí por siempre. Pero se despidieron, cada uno a su casa a pensar en el otro, a extrañarse, a querer retroceder el tiempo y quedarse ahí por siempre.
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