Con una mirada dice que jamás me dará la espalda. Ya sé que una vez me dijiste que no debía confiar tanto en alguien, que no era conveniente poner las manos al fuego por una persona, pero es que tú no la conoces como yo.
¿Me explico? Ella no me juzga, ella no me cuestiona, ella me apoya aunque muchas veces no comprenda. No me lo repitas, ya sé que también me dijiste que muchos amigos son así y que no por eso duran para siempre, una vez más, tú no la conoces como yo.
¿Me explico? Ella conoce mis miedos y mis deseos, ella conoce todas mis miradas y carcajadas. Ella se rie conmigo, aunque no le dé risa y llora cuando lloro, pues mis dolores, los hace suyos y mis amores, sus amores son.
No me digas de nuevo que hay muchos hipócritas, que los secretos no existen y que la amistad se trata se simples relaciones de conveniencia, pasajeras, pues tú no la conoces como yo.
¿Me explico? Por la mañana (si es que, por algún milagro, está despierta), por la noche, por la tarde o por la madrugada (como nos gusta); en los juegos, en las peleas (nunca tan frecuentes), en las pistas de baile (solo si es hasta abajo y con muchas vueltitas) o en la segunda película del cine: ella siempre está ahí. En mis oraciones, en mis pensamientos diarios, en las fotos de mi cuarto y escritorio, en mis recuerdos y en mi futuro: ella está.
Ya sé que el tiempo pasa, que los recuerdos se olvidan y que las personas vienen y van. Pero también me dijiste que lo único que queda es la familia. ¿Quién dijo que lo que mantiene unida a una familia son los lazos sanguineos? ¿Cuántas madres matan a sus hijos (incluso antes de que nazcan)? ¿Cuántos padres abandonan esposa e hijos y se van con otra? ¿Cuántos hermanos se apuñalan por la espalda?
Entonces, si la sangre no es lo que más une a una familia ¿Qué es lo que realmente las une? Pues es el sentimiento verdadero de que el uno pertenece al otro. Que tu madre siempre será tu madre, que tu hermano jamás dejará de serlo y que tu padre puede vivir en otro lugar pero sigue siendo tu padre. Es el saber que, pase lo que pase, ellos estarán a tu lado, porque Dios así lo quiso.
¿Me explico mejor? Ella no es igual a los demás, porque ella es familia. No es una relación de conveniencia, el colegio terminó hace más de cuatro años. No es una emoción del momento, la vida nos lo ha resfregado en al cara. Tampoco es hipocresía, ningún hipócrita podría estar a mi lado en todo momento.
Solo hay una respuesta, solo puede ser una cosa: Amistad. Pero ¿qué es la amistad sin amor? Emoción pasajera, sin sentido. Y ¿adónde puede llegar la amistad sin la unión familiar? No más lejos de lo que llegaría una gatita en el desierto, sin saber adónde va, sin agua.
La amistad se basa en el amor y se concreta en la familia.
Y ella, ella es mi amiga.
¿Me expliqué bien?
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