Por un instante me dejé convencer por sus ojos grandes y marrones que tanta confianza me inspiraron en un tiempo pasado de falsas risas y esperanzas. Por un pequeño momento creí en su mirada que se dirigía directamente a mis ojos también grandes y marrones, tan crédulos como antes mas con la cicatriz del dolor en sus pupilas. Fue tan solo por un diminuto lapso de tiempo que duró lo que otra de sus estridentes carcajadas llenas de remordimiento por secretos que esconden su verdadero proceder. Ese que algún día estuve cerca, muy cerca a conocer, ese que me alejó y estremeció mis entrañas. Por un instante creí, solo un segundo.
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