Nadie me ha hecho llorar tanto como ese hombre, más de mil mares he llorado por él. Por más de cuarenta motivos diferentes, son más de cuarenta las razones que me han hecho llorar. Por él cuántas lágrimas no he derramado, millones de lágrimas he derramado en su nombre. Ese que me hace temblar al retumbar en mis tímpanos, que retumban al escucharlo.
Nadie, como él, valía mis llantos, que sin él carecían de sentido. Nadie, como él, me había hecho llorar de felicidad y amor, amor y felicidad que conocí con él. Más de cuarenta son los motivos que me hacen feliz al llorar por él y triste también si lo hago. Más de cuarenta millones serían los que necesitaría para querer dejar de hacerlo. Que llorar por él no es mi martirio, es sentirme viva y a su lado.
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