¿Puede que mi destino haya cambiado?
Ni en cien años.
Pero regresó, después de gran tiempo y por ella. Y le preguntó
¿Puede que tu destino haya cambiado y el mío no?
Sí, en seis meses.
Había conseguido a otro, que al amarla no la dejó. Ni se preguntó.
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