lunes, 30 de agosto de 2010

De cara a su hombro

Con la mejilla en su hombro, ella levantó la mirada y lo vio de ojos cerrados. Se habían quedado dormidos. Lo despertó con un beso y él sonrió. Se contaron sus sueños y bromearon sobre ellos, se divirtieron. A ella le fascina abrazarlo, sentir sus brazos y su pecho, tan musculoso, viril. Y eso hace, lo acaricia y él la mira sin entender el porqué de su fascinación por su cuerpo. Además de amarlo, ella se sentía atraída por él. Pero él era diferente, la miraba, la miraba mientras ella contaba sus miles de historias del pasado, la contemplaba fijamente y podía notar cada peca nueva en su cara, cada diferencia que había con el día anterior, cada gramo de más que había ganado. Y sin tocarla, él se enamoraba más de ella. Sorpresivamente, de pronto la jala y la pone encima de él, ella confía y se deja llevar. Están cara a cara y conversan más, de temas serios y triviales, de su amistad, de amor, dinero, familia, estudios y de todo lo que se les venía en mente. Cómodos en esa posición, cómodos el uno con el otro, como si alguien de arriba lo hubiera planeado, como si no existiese el destino y solo ellos dos en el mundo. Dentro de poco se tienen que despedir. Ella se echa en su hombro, acomoda su mejilla y se queda dormida. Tal vez así el tiempo pase más lento.

sábado, 28 de agosto de 2010

Nos dias como este

São nos dias como este, que eu volto meu olhar para trás e só consigo te ver. E pra diante, minha vida contigo. É hoje, é amanha, foi ontem. São meus dias num jardim de rosas vermelhas, numa constelação de brilhantes estrelas, no mistério das águas do mar que reflete a lua. São nos dias como este, que eu acordo e canto, que meu pé direito sempre vai por diante e os problemas já não o são mais. Mas você, você me cobre da tempestade, do frio do vento, do alto da mareia de madrugada. Você me cobre dos perigos, me da refugio nos teus braços, me veste do teu perfume, me aquece. É você. Você nos meus dias e meus dias com você, só seus.

martes, 24 de agosto de 2010

La era en la que vivo

Es la era del calentamiento global, del liberalismo social y económico, de la inmoralidad ya aceptada por los pueblos, de la globalización, de los nuevos idiomas, del relativismo y el racionalismo sin fe ni esperanza. Es la era de la promiscuidad, de las drogas y del alcoholismo en adolescentes, la era de crisis espiritual, de insomnio y pornografía en internet. La vil era del aborto legalizado y los matrimonios homosexuales, el narcotráfico y la discriminación racial. La era del miedo al terrorismo y al propio gobierno, de la mediocridad, del analfabetismo y pobreza extrema en países tercermundistas, de la indiferencia de la minoría millonaria, del resentimiento del pueblo que cree que vive en la injusticia. Es la era de la inmundicia del pecado que vive en las almas de personas que se creen felices. Y en medio de todo lo podrido del mundo, donde el amor se encuentra solo en el sexo y en todos lados, donde la confianza en el ser humano está perdida, en medio de eso, en esta era, yo me enamoré de ti. Y es mi era contigo, es la era de mi amor, del nuestro. Nuestra era.

miércoles, 18 de agosto de 2010

Cada mañana (pienso en ti)

Como fuego atravesaste mi mirada, tan profundamente, tocando mi alma. Tu hielo, transparente, congelando mi corazón. Que ya no palpitaba. Y fue entonces cuando la vida dejó de ser una película en blanco y negro y los colores volvieron a mis pupilas y la luz iluminó mi piel y brilló en tu cara y mi vida, mi vida, por fin clara. Fue tu fuego, fue el hielo de tus manos en mi ombligo y mi corazón en llamas, que te llama y llama. Cada mañana.

lunes, 16 de agosto de 2010

Otro día se viste de gris

El día se vistió de gris. Y tus labios ya no hablan de mí. No cantan las melodías que antes solían repetir, dibujando pequeños ollos en tu mejilla. La soledad de tus almohadas por la madrugada anuncia que te hago falta. Y mientras suenan las campanas y una novia camina hacia al altar, sabemos que podríamos estar conversando como solíamos. Como solíamos cantar en dúo y a capela. El día se vistió de gris y es invierno en la ciudad en la que vivo, y por mi ventana veo cómo oscurece y yo sentada, sin hacer nada. Y así he de recordarte, mientras los días sigan grises y tú me hagas falta.

domingo, 8 de agosto de 2010

A su medida

Ella no lo eligió, lo mandaron a hacer a su medida. No eligió su color, contextura, tamaño, nacionalidad, defectos, peculiaridades, historia, nada. Llegó hecho y como nuevo, con ese olor de nunca antes usado, como cuero, como papel en blanco, plástico, ropa. Y aunque por mucho tiempo había pensado que le gustaría uno diferente, se enamoró al verlo, como hipnotizada. Era raro y perfecto, escaso, único. De su talla, a su medida, mandado a hacer. El mejor regalo que recibió. A los veinte años y todo en su vida como nuevo. Era él y era ella que ya no podía ser sin él.

jueves, 5 de agosto de 2010

Piedra angular

Sacaste la piedra angular de su corazón y todo en su vida se desmoronó. Lentamente fueron cayendo al suelo sus ideas de verdadero amor y leal amistad. Su fidelidad quebrantada y todo le faltaba. Pecho al aire y no tardó mucho en llegar el frío a sus pulmones, ya cansados de respirar. Arrastrando su alma por el piso, sollozaba mares de arrepentimiento y lágrimas de cocodrilo. Algún día alguien las creyó pero quien lo hacía ya no lo hace y quien lo hace, pronto no lo hará. Y de brazos cruzados anda, conocedora de su pérdida, sin ánimos de recuperarla. Engañada por la pestilencia del animal muerto disfrazado de flor de primavera. Duro pesar, su vida y caminar.

lunes, 2 de agosto de 2010

Música y color

Dos tambores retumbando a media noche
Dentro de una casa pintada de blanco
Por cuatro manos animadas tras la espera
Que se hizo eterna por la separación
De sus tambores retumbantes
Que ya hacen música juntos
Y componen bellas canciones
Mientras dan gracias a la melodía
Dentro de la casa blanca
Perfecta armonía