miércoles, 29 de septiembre de 2010

Gasolina


Dicen que el amor es como la gasolina de la vida, cuesta caro, se acaba rápido y puede ser reemplazado por alcohol. Si es así, yo quiero mi tanque lleno. Lleno de tu amor. Por siempre.

lunes, 27 de septiembre de 2010

Ese


Todavía queda en mis labios el rezago de aquél primer beso. Y cuántos más ya me habías robado, pero ese, ese dio inicio a mis días bajo una eterna primavera.

domingo, 26 de septiembre de 2010

Pan con mantequilla



Eres como el pan con mantequilla, el commodity más básico y preciado. El mismo que se prepara a las cuatro de la mañana. A mi casa llega a las seis y cincuenta, cuando estoy saliendo para encontrarme contigo. Eres el pan con mantequilla. El que se come en el lonche de media tarde, los domingos por la noche y lunes por la mañana. Mi commodity más básico y preciado, mi primer pensamiento del día y el último antes de empezar a soñar, combinas con todo y mi todo te quiere, con todo. Mi pan con mantequilla, de lunes a domingo.

sábado, 25 de septiembre de 2010

¿Nos estaremos quedando ciegas?


Dicen que las mujeres se sienten atraidas por hombres muy similares a sus papás. Aunque la imagen que tengan de él no sea la mejor - no todas sabemos elegir tan bien a nuestra pareja -. Hoy vi esta película Wall Street Money Never Sleeps y la chica principal tenía un enorme resentimiento por su papá, el cual había estado en la cárcel durante ocho años por fraudes financieros. Esta estaba comprometida con un chico que trabajaba 24/7 en Wall Street, codicioso y amante del dinero. Y constantemente le repetía - con cierta repugnancia - "Eres un hombre de Wall Street, igual que mi papá". Curioso que se vaya a casar con él, ¿No? Más curiosa me parece que es la psicología femenina. ¿Por qué siempre buscamos a un hombre igual a nuestro papá? Aún más curioso ¿Por qué nos enamoramos del hombre que tiene el único defecto que aborrecemos de nuestro padre? Mucho más curioso ¿Por qué nos enamoramos de la fotocopia de nuestro padre hace treinta años si siempre le decimos a nuestras madres "mamá, ¿qué le viste a mi papá?"? ¡Yo no sé! Pero me gustaría saberlo.


Mi padre es un hombre de negocios - estoy orgullosa de ser su hija - y el hombre al que amo vive metido en páginas web como Bloomberg, Semana Financiera, The Economist, Bolsa de Valores de Lima, entre otras cosas muy aburridas. Y , odio las finanzas. Pero amo a alguien que las ama. Y les aseguro, no soy la única. ¿O sí?


¡Ah! Lo que pasa es que el amor es ciego.

viernes, 24 de septiembre de 2010

El juego del amor

Es un juego de tira y afloja, y el que se queda con la cuerda, pierde. Pierde también el que la deja ir. La cuerda debe permanecer entre ambos jugadores. Esta no tiene medida fija, corta o larga, depende de los gustos de los jugadores. Es un juego de a dos. Un hombre y una mujer, dos hombres o dos mujeres, depende de las preferencias de los jugadores. Y aunque suene sencillo, este juego se convierte en un arte, el arte de tirar y aflojar la cuerda del amor, de no darse por completo si la otra parte no lo hace también, de contradecir cuando sea necesario y soltar un poco cuando las circunstancias lo ameriten. Se recomienda no jalar mucho o la cuerda se podrá romper. Se aconseja no soltar demasiado o la cuerda se acabará. Se advierte, este juego duele como nada cuando se pone difícil, pero es en esos momentos en que ninguna de las partes debe soltar la cuerda, permanezcan firmes y aprenderán nuevas tácticas de juego. Cuando pasa, todo vuelve a la normalidad y la experiencia adquirida da un aporte de mejora. Finalmente, si una parte desea abandonar el juego, hágalo, no espere a que el otro jugador se dé cuenta de su plan o lo haga primero. Lea bien las instrucciones antes de jugar y ¡buena suerte!

martes, 21 de septiembre de 2010

Sin Nombre

Contener durante cinco horas un nudo en la garganta, cada minuto más doloroso, llegar a casa e ir de frente a la ducha, y mientras tus lágrimas se disuelven con el agua, rogar para que el dolor se vaya por las tuberías junto a la mugre de tu cuerpo.

viernes, 17 de septiembre de 2010

-XVII-

Seis meses atrás

mi corazón se disparó

fuera de mi control

mientras mis manos, inmóviles

tu respiración tan cerca

y yo sin tener adónde ir

sin escapatoria, nerviosa

tranquila con la cercanía

de nuestros labios

tu labio tan cerca

al mío que lo esperaba

y deseaba que no fuera

otro encuentro fugaz

tan solo el inicio

de lo que sería un amor

sin fronteras ni barreras

solo un amor, amor, amor.

jueves, 16 de septiembre de 2010

Los muros de mi corazón

Derribé los muros de mi corazón por ti
para que entren nuestras historias
y todo tu amor.

Sí, yo derribé los muros de mi corazón
que se ensanchó con nuestro primer beso
y hoy ya me quedaba pequeño.

Derribé los muros de mi corazón por ti
los miedos que lo costruían
y los paradigmas que lo edificaban.

Sí, yo derribé los muros de mi corazón
que ya me quedaba pequeño al verte
y hoy decidió crecer por ti.

lunes, 13 de septiembre de 2010

Invitación

Te invité a compartir mis sueños y alegrías, mis pensamientos más profundos y compartirlos solo contigo, mis esperanzas de vida eterna, mi fe en el amor y el amor verdadero por ti. Te invité a vivir mis días desde mi punto de vista, mis ideas descabelladas y mi excéntrica forma de pensar. Te llamé a conocer mi yo, mi mente, mi corazón y mi cuerpo bajo la luz de las estrellas del mediodía. Te llamé de mi amor y me respondiste de igual manera, con el cariño que corresponde a dos almas enamoradas, presas de la intimidad. Y presa a ti, en toda mi libertad. Te invité a compartir la intesección de nuestras vidas en un punto del plano, ese que se convierte en una línea mientras pasan los años a tu lado. Te invité a no ser espectador de mis días y tú aceptaste entrar en ella. Entraste.

jueves, 9 de septiembre de 2010

Palabras de amor

Qué fácil se me hace escribir ahora, que mis sentimientos son verdaderos y mi corazón arde de amor y ese amor a su vez de pasión que hierve a esta edad en mis venas y en todo mi cuerpo, de pies a cabeza, suelto burbujas por ti. Cuando escribir de amor, de ti, ya no está trillado, ni mil poemas o relatos podrían malgastar las palabras de cariño verdadero, personalizar lo que mi corazón ardiente no puede ni con toda la sangre de todo mi cuepo. Los días de querer lo que otras chicas perfectas tienen en las películas quedaron atrás y ahora vivo mi propia comedia romántica a tu lado, y si soy perfecta, no lo sé, pero así me haces sentir, con la inmensidad de mis defectos. Mi vida es otra y he vuelto a creer en el amor, en las mariposas y en el resto de cursilerías y cuentos románticos tan antiguos y perpetuos como las estrellas del cielo, esas que inspiraron grandes trovadores y que ahora lo hacen conmigo. Así te amo, en lo enredado de mis palabras encadenadas a mi corazón ardiente, en mis burbujas que suben al cielo y anuncian que te amo más allá de lo visible, desde acá donde sentir es vivir y vivir es una historia de amor.

Se fue

Por un instante me dejé convencer por sus ojos grandes y marrones que tanta confianza me inspiraron en un tiempo pasado de falsas risas y esperanzas. Por un pequeño momento creí en su mirada que se dirigía directamente a mis ojos también grandes y marrones, tan crédulos como antes mas con la cicatriz del dolor en sus pupilas. Fue tan solo por un diminuto lapso de tiempo que duró lo que otra de sus estridentes carcajadas llenas de remordimiento por secretos que esconden su verdadero proceder. Ese que algún día estuve cerca, muy cerca a conocer, ese que me alejó y estremeció mis entrañas. Por un instante creí, solo un segundo.

martes, 7 de septiembre de 2010

Tus cinco sentidos y yo

Soy un mar de contradicciones y el brillo de tus ojos,
soy una constelación de dudas y preguntas, y el sonido de tu respiración,
soy un desierto de problemas sin solución y el color rojo de tu labios dibujados,
soy una montaña de sentimientos y emociones, y la melodía que tus oidos quieren escuchar
soy una sábana de llantos y la suavidad de tu piel recién lavada
y soy yo mientras vivo en ti, en tus sentidos más discretos, elegantes, escondidos,
soy yo, en ti.

sábado, 4 de septiembre de 2010

¿Lo mismo de siempre?

No todo pasado fue mejor ni el futuro es totalmente incierto, pensó. Su menté voló a cuatro años atrás, cuando aún no lo conocía y en sus días faltaba un toque mágico de alegría. Y fue avanzando en los años, tres atrás y ya llevaban clases juntos, iban a la universidad en el mismo bus y se conocían cada semana más, tras largas conversaciones triviales, aprendieron a abrir sus pensamientos. Luego, hace dos años, empezaron las salidas, él a su casa y ella a la de él, el estudio, la diversión, las fiestas de la universidad, iban juntos pero se separaban adentro. La amistad es cuestión de conveniencia y temporalidad, decía él. Ella no estaba de acuerdo, la verdadera amistad dura una vida de desinterés y cariño. Con esas visiones, hace un año, ya eran los mejores amigos que el mundo jamás había conocido, según ella, tan romantica. Vienes a ver una película y luego salimos a tomar helado, le decía él, como pretendiendo innovar en sus planes. Es que no era necesario hacer algo muy diferente para encontrar diversión, uno al lado del otro. Juntos hacían lo mismo, todos los fines de semana, de invierno y verano, de risas y penas que los unían y fortalecían. Solo ellos se conocían así. Mi amor, ya llegué, dijo él. Y ella regresó a la realidad, en cuatro segundos había recorrido toda su historia y su sonrisa permanecía en el tiempo, al verlo y al acordarse de él, que ahí estaba, mirándola, sorprendido por su belleza. Ella sube a su carro y juntos van a hacer lo de siempre, conversar y reir, como desde hace tres años, cuatro meses, y como ayer por la noche. Porque el pasado sin él no fue mejor y el futuro está en sus abrazos.

jueves, 2 de septiembre de 2010

Y sigo a la espera del cuatro

Uno, dos, tres, cuatro... desde aquí puedo contar tus latidos, acelerados, acelerándose más. Un amor entre dos corazones a las tres de la tarde y cuatro manos tocándose. Mientras tu latido se acelera y el mío, el mío ya no se escucha. Se escuchaba hacía cuatro minutos cuando todavía no eran las tres de la tarde y tus dos brazos no me rodeaban haciéndonos uno. Nos hacíamos uno y dos latidos sincronizados, dos respiraciones agitadas, agitándose más. Cuatro, tres, dos, uno... y tan rápido como vino, se fue. Mi latido se escucha y el tuyo se desacelera. Fuimos uno y aún lo somos. Y lo seremos, a las cuatro. Uno, dos, tres...