sábado, 17 de julio de 2010

Joven enamorada

Es la misma historia que se repite, de dos jóvenes enamorados que esperan vencer al mundo. Es el cuento ya trillado en que sus papás están en contra de su relación y que todo parece llevar a la única conclusión de que su amor es una locura, que no funcionará. La historia de siempre, el blah blah blah, ya sé lo que estás diciendo, papá. Son los mismos personajes, los dos jóvenes enamorados y el resto del mundo. Es el amor que nadie cree que puedan sentir el uno por el otro, que solo ellos conocen. Una utopía de a dos, un oasis, una guerra que tendrán que luchar juntos. La historia de siempre, ajá ajá ajá, ya sé qué quieres, mamá. Son los mismos lugares, las mismas situaciones, sus ojos, sus corazones unidos. Más que pasión, más que amistad, es eso y todo lo demás. Es la misma historia, de dos jóvenes enamorados que no descansan hasta vencer al mundo. Aquella en la que muchos fracasaron, en que pocos lo lograron. Y ella la lee, una y otra vez, intentando hallar la solución, la salida y la llegada a su amor. Analiza cada caso, cada expediente del pasado y se da cuenta de que el suyo es especial, ninguno es igual. ¿Qué hago? se pregunta noche tras noche mientras moja su almohada. Y llega a la misma conclusión, si quiere estar con su amado, la guerra deberá ser luchada y vencida, todos los días. Que sus papás, que los papás de él, sus amigos, los pensamientos, las ideologías, la economía, el mundo entero. Todos los días, por él, por ellos. Y empieza hoy ¡Qué gane el mejor!, durmió.

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