viernes, 19 de marzo de 2010

El de siempre, su milagro

Fue hace un año y lo recuerda como ayer. Recuerda la llamada que la despertó, la voz que le habló y la que le dio la peor noticia de su vida. Recuerda lo primero que hizo, la negación inicial, la amiga que la escuchó y la otra, que dormía a su lado. Recuerda todo lo que hizo ese día y los días siguientes, todas las lágrimas que derramó, los planes que canceló, las noches que no durmió. Recuerda la impotencia de no haber estado a su lado, de los kilómetros de distancia que los separaban, de la poca información que recibía. Recuerda todo lo que pensó y cuánto sufrió. Recuerda nunca haber confiado en Dios tanto como en aquellos días, las oraciones, peticiones, Misas, ofrecimientos. Recuerda haber imaginado su vida sin él y lo difícil que esta sería, el miedo que sintió frente a la posibilidad de perderlo, el vacío, las ganas de nada. Recuerda cuando abrió los ojos por primera vez, cuando habló, la primera conversación que tuvieron y las lágrimas emotivas que mojaron sus labios, cuando lo vio por la cámara, su voz tan cambiada, su sonrisa, bella y sincera, suya. Recuerda los meses más difíciles de su vida, sin verlo, sabiendo que todo había cambiado, todo menos lo más importante. Recuerda cuando lo vio, las horas de espera valieron la pena, y es que no se comparaban con los meses de angustia que ya había vivido, el abrazo, el beso, el tenerlo a su costado. Ahora todos los días recuerda cuánto lo ama, cuánto lo valora, cuánto lo respeta, y así lo quiere, como hace un año, como ayer, como hoy y siempre. Así se ven y disfrutan el tiempo juntos, porque saben que es limitado, que la vida no está comprada, que no vale la pena perder a alguien para darse cuenta del amor que se tiene. Fue hace tres años, fue hace un año, fue ayer, es todos los días y lo recuerda. Recuerda todo lo que pasó, desde el principio de su amistad hasta el instante que el tiempo le acaba de robar, y se le ensancha el corazón y se le va la voz, no imagina sus días, su vida sin él. Él, el que la entiende, el que la respeta, el que la quiere, el que la ayuda, el de siempre. Él, su cómplice, su compañero, su protector, su mejor amigo, su milagro.

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